martes, 27 de julio de 2010

Escalofrío


Miedo. Miedo de no volver a sentir. La sonrisa que solía curvarse en su cara había desaparecido ya hace tiempo. Cualquiera de las sonrisas que podías haberle visto esbozar, eran nada. Eran falsas, desde entonces nunca significaron algo más. Ya nunca significaron nada más. Cualquiera de las sensaciones, de los momentos, de las situaciones... no eran las mismas. Ya no. Sin querer que lo fuera todo era distinto. Era ese miedo. Ese maldito miedo a dejar de ser, a dejar de sentir para no volver a hacerlo nunca más. Para no volver a ser nunca más.
De dejar de lado todo lo que no le hiciese sentir como antes. De dejar de lado todo. Hacer un hueco en su mente para las cosas que ya no conseguían crear esa sensación que recorría su estomago, de la cabeza a los pies. Escalofrío. De hacer un hueco para todo. Trata de encontrar esa sensación que invadía tu cuerpo, que llenaba tu alma, que te hacía sonreír. Intenta lograr esa tímida sonrisa sin notar ese maldito vacío dentro de ti. Pero ya no está.

lunes, 26 de julio de 2010

Odio

Harta. Harta de mi. Harta de ti. Harta de él. Harta de ella. Harta de ellos, de ellas. Harta del mundo.
La sensación que tienes en el estomago en este preciso instante solo podría soliviantar con un puñetazo en el mismo. Fuerte y sin pensártelo dos veces. Ni siquiera una. Lástima que seas una cobarde y que no te atrevas a hacerlo. Correr. Saltar. Gritar, chillar, llorar para después sonreír de locura. Ganas de salir, salir corriendo, sola, allí donde no te pueda encontrar nadie. Donde no haya cobertura en tu puto teléfono móvil y el WIFI no tenga señal. Ganas de explotar, de estallar y de querer desaparecer y de que nadie se de cuenta. Querer decir todo lo que no puedes, quieres entender todo de lo que no eres capaz y quieres sacar de ti todo eso que no sabes como ha entrado. No sabes por saber, ni qué es. Ganas de que pase el tiempo. De que el tiempo deje las cosas en su lugar. De que tus cosas no tengan lugar. De que todo el mundo desaparezca. No, mejor de que TÚ misma desaparezcas. Dónde coño se compran esas capas de invisibilidad.



jueves, 1 de julio de 2010

so long goodbye


Habían pasado ya siglos. Ella caminaba con prisa, inmersa en su vida, su estrés, sus pensamientos y su poca cordura. Él caminaba lento, sosegado, concentrado en sus cosas.Todo había cambiado, tanto, que ese todo ya no se consideraba nada. Quizá fue el destino, o simplemente fue casualidad.. pero, ¿quién ha dicho que el destino no es casualidad?. Una palabra, corta e intensa pronunciada a espaldas bastó. Él sintió que era inconfundible. Esa voz no podía haberla olvidado. No esa. De repente, una oleada de recuerdos y sentimientos que creía ya olvidados se desataron dentro de su cuerpo. Fueron tan solo unos segundos, Ella esperó aunque se muriese por dentro. No se podía haber equivocado. Al fin se volvió hacia ella. Estaba claro. Tan claro que solo una mirada, esa mirada, sirvió para que se dieran cuenta de todo el tiempo que habían estado perdiendo.