sábado, 25 de septiembre de 2010

thenevertold


Cuando todo pierde su sentido es muy difícil encontrar el camino a casa. Caminas, despacio, observando cada minucioso detalle que encuentras mientras andas por si encuentras una pista que te devuelva de nuevo a casa. Árboles, más árboles.. tres o cuatro arbustos a cada lado de la acera, y ahí está de nuevo. Es el pequeño punto de luz que lleva siguiéndote desde que te perdiste donde no te puedes encontrar. No sabes lo que es.. pero te inspira cierta confianza, es como si cuidase de tí, como si alguien, desde aquella estrella, estuviese vigilando cada paso en falso que das hacía tu camino a ninguna parte. Lo miras pero no hace más que brillar, de la misma manera y con la misma luz e intensidad, en el mismo lugar en el horizonte. Después de unos minutos te obligas a dejarla de mirar, porque sigue siendo simplemente una estrella más que posiblemente hayas confundido una y otra vez con otra distinta, pensando que era la misma... sigues caminando. Una o dos horas pasaron ya desde que decidiste dejar de pensar, solo caminar. Cuando recobras tu consciencia, bueno, lo de recobrar es un decir, lentamente diriges tu cabeza y miras hacía la parte más baja del cielo un poco a la izquierda, no, un poco más, al centro.. ahí. Pero ¿sabes qué? No había nada. Por mucho que la buscas ya no la encuentras. En ese momento te das cuenta de lo importante que era la presencia de aquel punto de luz en tu camino. Te estás desesperando y piensas que no puedes controlar nada en tu interior en esos instantes. Te das la vuelta, corres, corres hacia atrás sin dejar de mirar aquel punto que tenías tan fijado en tu mente.. pero por más que recorres tus pasos sigue sin aparecer. Se ha ido, el punto ya no está. Cuando te das cuenta.. te quedas quieta, parada, te sientas en el suelo en medio de tu camino. De repente sientes que un escalofrío recorre tu costado, sientes frío, mucho frío. Te sientes sola. Esa sensación que te ayudaba a seguir tu camino, tan confortable igual que misteriosa había desaparecido sin previo aviso. Intentas seguir andando, te tambaleas.. Piensas que a lo mejor es hora ya de que te acostumbres a que no iba a estar siempre ahí, o que simplemente.. la habías estado confundiendo una y otra vez mientras seguías tus pasos hacia ninguna parte.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

never give up?


Y sucumbió todo al amor. Lo cambió todo. Al final terminó siendo verdad que cuando estás enamorado eres demasiado imbécil como para poder darte cuenta. No conocía nada más que esa sensación, que no la cambiaba por nada, entre otras cosas, porque no era capaz. Lo peor de acostumbrarse a algo es cuando lo tienes que dejar y no puedes. Cuando si lo intentas, lo vas a echar de menos. Y lo peor de todo es que lo sabes. Es como el tabaco(comounadroga). Sabes que el tabaco es malo, pero te gusta. Es malo y sigues fumando. ¿Por qué? Porque te gusta. Te gusta y no lo puedes evitar. Esto del amor es parecido. Tienes miedo de que todo se pueda estropear, de que nada sea como antes, como tu antes y que ya no haya más ahoras como el de hoy. Aún así sigues intentándolo. Aún y con todo sigues con la esperanza de que tú seas diferente, que no digo que no lo seas. Sabes que puedes morir en el intento y sigues intentándolo. Es esa maldita manía que tenemos los seres humanos de buscar el amor sobre todas las cosas, incluso aquellos que dicen que no les hace falta para ser feliz. Mienten. Todos esos que dicen que no necesitan amar y ser amados, desenamorarse para volverse a enamorar, todos, no se salva ni uno, mienten. Y no se les da demasiado bien.