
El sol de color ámbar proporcionaba un calor seco a la temprana mañana. Una lágrima se le deslizó por el lánguido rostro y se evaporó dejándole una huella de sal en la mejilla. Cerró los ojos y se dejó calentar por el sol mientras intentaba vaciar la mente. Empezó a rascar la arenisca con la uña sin pensar. Al mirar, se dio cuenta de que había escrito «¿Por qué yo?»
5 comentarios:
ai bea bea... a que no sabes qe!
teQuieeero! aunque lo digas solo por que me voy en nada :P
eres geniaaal ^^
(S)
huy bea que bonito lo tienes ahora
ajajaj
Los dos sabemos de donde ha salido eso ;)
Escribe tú, que mola mas =)
si, si que lo habias leido antes, pero me apetecia resucitar un poquito mi época de textos largos ^^
HK&HQ
Ni siquiera aqui te vas a librar de mi mal nacidaaaa.
Eres increible , de verdad.
Y no sabes lo que se os puede ecahr de menos , mamones.
Publicar un comentario