miércoles, 9 de junio de 2010

like you're so perfect

Ese fue el punto en el que creyó que iba a explotar. Tal vez fue dichosa mezcla maldita cargada de sentimientos tan adversos, incontrolables y totalmente inexplicables que con la razón perdida a causa del amor podía atreverse a juzgar. O simplemente pudo ser la sensación de ese vacío reinante en lo más denso de su interior, acechante, amenazante, dispuesto a quedarse para no irse nunca más porque así lo dictaba aquella fuerza externa que ella muy bien conocía y la cual no conseguía arreglar. Intento tras intento. Caída tras caída. Intentó, cayó, intentó y de nuevo volvió a caer.
Parecía que la caída era el destino fatal que deparaba esta triste aunque una vez feliz historia de aquella vida, muerta sin ninguna gana aparente de volver a lucir con la luz que un día dichosos pueden ser los ojos que afirman que fueron capaces de ver...

2 comentarios:

rechicken dijo...

siempre hay que persistir en el intento, pase lo que pase, y así seremos capaces de ver...

Un saludo (re!)

sin H dijo...

Me encanta esta entrada, sobre todo en la última parte, cuando dices:
Intento tras intento. Caída tras caída. Intentó, cayó, intentó y de nuevo volvió a caer.
Sigue asi con tu blog! :)